Reseña Histórica

Reseña Histórica

ANCAP fue creada el 15 de octubre de 1931, en el marco de lo dispuesto  por la Ley  Nº 8764 que estableció en su artículo 1º: “Créase un Ente Industrial del Estado, que se denominará Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Pórtland con el cometido de explotar y administrar el monopolio del alcohol y carburante nacional y de importar, rectificar y vender petróleo y sus derivados, y de fabricar pórtland.”

Se declara de utilidad pública a efectos de intervenir en nombre del Estado en tres campos estratégicos. En materia de combustibles, estableció el monopolio estatal de la importación y refinación de petróleo crudo y con la condición de producir al menos, el 50% de la nafta consumida en el país, la extensión del mismo a la importación y exportación de cualquier tipo de carburante líquido, semi líquido o gaseoso.

En materia de alcoholes, consagró el monopolio integral sobre la importación, exportación y fabricación de alcohol y de las bebidas alcohólicas destiladas, para las cuales el Ente lo solicitara de manera expresa.

En lo que refiere al Pórtland, se autorizó la instalación de fábricas de pórtland y productos afines, para abastecer las necesidades de obras públicas, que se buscaron incrementar a efectos de absorber la gran desocupación provocada por la crisis de 1929. Con la producción de pórtland se construyeron obras emblemáticas que acompasaron el desarrollo del país; con lo producido en Planta Paysandú se cubrió la demanda para la construcción de la Represa de Salto Grande y de los puentes Paysandú-Colonia y Fray Bentos-Gualeguaychú. En 1956 fue inaugurada la primera fábrica en Minas, en 1962 la que se ubica en Paysandú y en 1968 la planta de distribución en Montevideo, ubicada en la zona de Manga.

En las primeras etapas de crecimiento del Ente, se concretó la construcción de la única Refinería existente en Uruguay, se fueron multiplicando sus estaciones de servicio, la instalación de las fábricas de pórtland a las que se hacía referencia, la industria de productos químicos,  diversas plantas industriales en el interior del país,  los laboratorios de alcoholes, las distribuidoras de productos, hasta llegar a un presente de continuos desafíos para reposicionarla como una empresa moderna y eficiente al servicio de un país productivo.

En el ámbito de la industria vinculada al alcohol, que comenzó sus negocios en marzo de 1932, con la importación  y reventa de alcohol y caña, y la elaboración y venta de grapa, se  trataba de sustituir un monopolio privado por el del Estado,  para conseguir la rebaja en los  precios, asegurar la calidad de los alcoholes potables, estimular el desarrollo de las actividades agrícolas, vitivinícolas y frutícolas, y contribuir a los estudios y ensayos para la elaboración del carburante nacional (mezcla de nafta  y alcohol).

En 1933 ingresó a un mercado de competencia en combustibles líquidos refinados, a través de la importación y venta de productos en todo el país, y se instalaron las dos primeras estaciones de servicio en Montevideo, una en 18 de julio y Sierra (hoy Fernández Crespo) y la otra en Uruguayana y Capurro.

ANCAP construye sus primeras instalaciones petroleras para operar como distribuidora y en 1935 inicia la segunda etapa con  el montaje de la primer y única Refinería de combustibles del país, que se inauguró dos años más tarde, con una capacidad de refinación de 600 m³ diarios, lo que llevó  al cese de las importaciones de productos elaborados.

Al finalizar la década del 30, ANCAP era una empresa con un giro industrial de negocios que la ubicaba entre las más importantes del Uruguay.

En la década del 40, logró superar las restricciones de aprovisionamiento derivadas de la escasez de materia prima para sus industrias básicas, alcoholes y combustibles, generando la capacidad suficiente para abastecer la totalidad de la demanda interna.

Por la gran demanda doméstica de los bienes producidos por ANCAP, se debió encarar la ampliación de la operativa industrial y comercial, y por tanto, adecuar su infraestructura edilicia, llegando así a los años 45, 46 en los que debió abocarse a la primera reconversión de sus instalaciones originales.

A partir de 1944, ante la necesidad de asegurar la estabilidad en la oferta energética a una economía uruguaya que incrementaba notablemente su nivel de actividad, el Ente desplegó su política en tres direcciones complementarias y convergentes: se resolvió concretar la adquisición de buques petroleros, realizar transformaciones técnicas para incrementar la capacidad de procesamiento de la Refinería ubicada en el barrio de La Teja y negociar modificaciones al Convenio con la Compañías petroleras privadas, por el suministro de crudo y por las utilidades garantizadas a estas empresas multinacionales, por la comercialización de gasoil, diseloil y fueloil.

En 1946 inició la producción de gas licuado y en 1952 se inició la venta a particulares de supergás para uso doméstico.

Para esa época, con el incremento de la capacidad de la Refinería, 4.100 m³ de petróleo crudo por día, ya producía la totalidad de los combustibles derivados del petróleo que se consumían en el país. Como derivados del petróleo, se producían varios solventes utilizados por las diferentes industrias, así como toda la gama de asfaltos sólidos y diluidos.

En el marco de la segunda fase de reconversión de sus instalaciones, por los años 59 al 61, se iniciaron las obras para la ampliación de la Refinería y también se concretó un plan que comprendía la instalación de tres nuevas plantas de distribución que estarían ubicadas en Treinta y Tres, que comenzó a funcionar en 1955, Durazno en 1957 y Colonia en 1963, semejantes a la que existía en la ciudad de Dolores, Departamento de Soriano.

Con la ampliación de los equipos de la Refinería en el año 1961, se tenía la capacidad de refinar todos los combustibles que se consumían. Aumentó la capacidad de producir combustibles gaseosos, tales como el supergás, asfaltos, y se mejoró mejoró la calidad de los productos.

Para aumentar la capacidad de producción de productos refinados, se puso en marcha un plan estratégico con el objetivo de optimizar la infraestructura para la operación, que consistió en la realización de una terminal de recepción y almacenamiento en el este del país, la construcción del oleoducto que condujera el petróleo crudo desde la planta de almacenamiento hasta la refinería La Teja, la modernización de las unidades de almacenamiento de Planta La Teja y la ampliación de su capacidad de refinación, la creación de una terminal de almacenaje y expedición de productos terminados en Planta La Tablada y la creación de un poliducto que condujera estos productos desde La Teja a La Tablada

Su crecimiento continuó con la construcción de una terminal de superpetroleros en el este del país y la de un oleoducto que la comunicara con la Refinería. Otra importante obra de infraestructura en el periodo de la década del 70, fue la ampliación y remodelación del parque de tanques de la Refinería.

Entre los años 75 y 90, ya estaba posicionada como la mayor industria pesada del  país y en ese marco, transformó toda su organización.

En la década del 90, la comercialización en el mercado interno de los productos destinados a los consumidores particulares, se realizó en estaciones de servicio de sello ANCAP, las que a partir de ese año pasaron  en su totalidad al régimen de concesiones al campo privado, en carácter de agencias.

En consonancia con las demandas del mercado y la necesidad de profundizar el compromiso ambiental de la empresa, desde 1990 se comenzó a trabajar en la elaboración de nuevas naftas, con inclusión de aditivos detergentes y dispersantes multifuncionales, así como con la reducción de niveles de plomo y azufre.

La Refinería fue objeto de trabajos de remodelación y ampliación, con la finalidad de lograr la actualización tecnológica de los procesos productivos, el aumento de la eficiencia energética, el aumento del margen de refinación, la producción de combustibles de mejor calidad, la mejora de la flexibilidad operativa y la disminución de la contaminación ambiental.

Entre los avances tecnológicos más importantes se destacó la instalación de un sistema de “Control Distribuido de Programación Lógica”, por el cual la operación pasó a estar organizada desde una sala de control con nueve monitores para supervisar los procesos de la Refinería. Este sistema permitió una mejora sustancial en el control de procesos, el ajuste de calidad de cada corte de producto, la operación de seguridad y el manejo de las emergencias.

Se introdujeron mejoras en las piletas de tratamiento de las aguas, tendientes a cambiar de forma sustancial la calidad de los efluentes de la bahía, con el propósito de reducir el impacto ambiental de la operativa de la Refinería.

En 2003 se finalizaron nuevas obras de remodelación y ampliación que abarcaron tanto a las unidades existentes como la construcción de nuevas unidades, en una inversión que permitió ampliar la capacidad de producción  y al mismo tiempo, producir gasolinas automotoras sin plomo, que llevaron a cumplir con los estándares internacionales. Entraron las nuevas Plantas de hidro tratamiento de naftas y reformación catalítica de regeneración continua, así como la isomerización de gasolina liviana, y se aumentó la capacidad de las unidades de destilación atmosférica y destilación a vacío de 40.000 barriles diarios a 50.000 barriles diarios de capacidad de procesamiento crudo.

En 2006 se consolida el proyecto Sucro Alcoholero como un emprendimiento Agro Energético Alimentario. En los polos agroindustriales de Bella Unión y Montevideo se producen etanol, biodiesel, azúcar, alimento animal y energía eléctrica, a partir de la caña de azúcar, sorgo y el girasol.

El turbogenerador instalado en Bella Unión, genera energía eléctrica suficiente para abastecer los requerimientos de la Planta y vender el excedente a la empresa estatal de energía, UTE.

Con el desarrollo de los Biocombustibles en el Uruguay, se incorporó el biodiesel a la matriz energética nacional, determinándose por Ley, la incorporación del 5% de biodiesel en las naftas.

Con la construcción de la Planta Desulfurizadora se desarrolló una nueva generación de combustibles limpios, reduciendo un 99.5% el azufre en el gasoil y un 85 % en las naftas. Este mejor desempeño tiene un  impacto ambiental, mejorando la calidad del aire y adecuando los combustibles a los estándares internacionales.

Desde sus inicios, ANCAP realizó prospecciones tendientes a determinar la existencia de petróleo en el territorio nacional. Luego comenzaron  los procesos de promoción para la exploración y prospección de hidrocarburos en cuencas offshore y onshore del Uruguay, a través de los eventos de Ronda Uruguay 2009,  Ronda Uruguay II y la Ronda Uruguay 3 que se va a lanzar en setiembre de 2017 en Houston.

Después de casi 30 años de muy limitada actividad exploratoria en Uruguay, el gobierno nacional por intermedio de ANCAP y la empresa Wavefield-Inseis ASA unieron esfuerzos con un objetivo desafiante: llegar a un conocimiento integral de todas las cuencas del offshore de Uruguay. Para tales efectos se realizó un levantamiento sísmico 2D regional de 7.000 Km (2007), el que fue complementado con un levantamiento sísmico 2D a escala de semidetalle de 2.800 Km (2008), en cuenca Punta del Este. Esta nueva información sísmica, cumplió con la finalidad de “quitarle un velo” de incertidumbre y desconocimiento geológico y geofísico a una de las provincias sedimentarias de frontera exploratoria de mayor potencial del Atlántico suroccidental.

El hecho de que Uruguay fuera capaz de convocar la presencia de gran número de las más importantes empresas petroleras en el Road Show de Houston y en el Lanzamiento de la Ronda Uruguay en Montevideo, implica que la promoción que se realizó del proyecto durante los últimos años y más intensamente durante el 2008, ha puesto a Uruguay en el mapa petrolero mundial

Los objetivos planteados para el proyecto Ronda Uruguay 2009 fueron cumplidos y fue considerado un éxito a nivel gubernamental e internacional.

Actualmente  el nuevo Directorio viene trabajando en un proceso de transformaciones  para reposicionar a la empresa, con ajuste a un modelo de gobernanza corporativa, tendiente a la mejora en los resultados  de todos  sus negocios, en procura de la máxima eficiencia, seguridad en la operación, preservando la salud ocupacional y la protección medio ambiental.

Se está transitando por un camino de transformaciones en la gestión de la gobernanza de todo su portafolio de negocios, desarrollando su capital humano para posicionarla como una empresa al servicio de la construcción del futuro Uruguay.

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